28 de diciembre de 2009
Meditación V. De la muerte 2/2.
Afectos y resoluciones.
1. Ora á Dios, y arrójote entre sus brazos. ¡Ay! Señor, recibidme debajo de vuestra protección en aquel día espantoso. Dadme aquella hora dichosa y favorable, aunque todas las otras de mi vida me sean tristes y de afliccion.
2. Menosprecia al mundo. Pues no sé la hora en que te he de dejar, ó mundo, no quiero estrecharme contigo. ¡O mis caros amigos! mis queridos parientes! permitidme que no os tenga mas aficion que la de una santa amistad, que pueda durar eternamente; porque ¿de qué servirá unirme con vosotros de tal suerte que sea necesario romper las ataduras?
3. Quiero prepararme desde ahora, y poner el cuidado necesario para hacer dichosamente este camino: quiero asegurar el estado de mi conciencia cuando me fuere posible, y poner remedio á tales y tales faltas.
Conclusión.
Da gracias á Dios por esta resolucion que te ha dado: ofrécele á su Majestad: suplícale de nuevo te dé dichosa muerte por los méritos de la muerte de su Hijo: implora la ayuda de la Virgen y de los Santos.
Pater noster y Ave María.
Haz un ramillete de mirra.
Introducción a la Vida Devota escrita en francés por San Francisco de Sales traducida de órden del Em. y Exc. Señor Cardenal de Lorenzana, arzobispo de Toledo, por don Pedro de Silva, y aumentada con la Declaración del Cántico de los Cánticos y el Directorio de Religiosas, obras del mismo autor. París, Librería de Garnier Hermanos. Méjico, 1855, pp. 24-25.