22 de marzo de 2011

El retrato de Dorian Gray. Oscar Wilde.

-A mí no me cabe la menor duda de que no fue ningún accidente, Dorian, aunque de cara al público tienen que decirlo así. Al parecer estaba saliendo del teatro con su madre a eso de las doce y media, y dijo que se había olvidado algo arriba. Estuvieron esperándola un tiempo, pero no bajaba. Al fin la encontraron tendida en el suelo del camerino. Estaba muerta. Había tragado por error algo peligroso que utilizan en los teatros. No sé de que se trataba, pero contenía ácido prúsico o carbonato de plomo. Me imagino que sería ácido prúsico, y al parecer debió morir instantáneamente.

El retrato de Dorian Gray. Oscar Wilde, Biblioteca del terror, ediciones Forum, España, p.50.