30 de julio de 2010

La muerte 2/3.

En sus últimas horas el moribundo recibirá la visita del neec tiiid nandeow "el que pone en camino al muerto", un especialista de la oración que volverá a ser llamado después de la muerte para recitar otras oraciones hasta que los restos mortales no se entreguen a los monarang obre "los que hacen el trabajo". Estos tienen que tomar el cadáver -que mientras tanto ha sido arreglado en casa mirando al "santo", es decir, con la cabeza hacia el sur- ponerlo en el ataúd y llevarlo al cementerio acompañado por un grupo de cantores, pertenecientes a la línea de cargos de la Iglesia.

El entierro tiene lugar en el cementerio, en donde varones y mujeres se colocan separados y las tumbas se mantienen cubiertas de flores y de objetos amados por los difuntos. Fuera del cementerio se entierra a los muertos de muerte violenta, que Dios no acoge, porque el funesto suceso ha modificado el curso del destino que Él había fijado, y por lo tanto debe considerarse obra del demonio. Sus almas se quedan para siempre en la tierra, hostiles fantasmas vagantes.

Los Huaves de San Mateo del Mar, Oax. Italo Signorini. Instituto Nacional Indigenista, 1979, México, p. 48.

24 de julio de 2010

La muerte 1/3.

Cuando uno siente que su fin se aproxima, empieza a asignar sus bienes (si es anciano, lo que todavía no haya repartido); advierte a los familiares, según sus simpatías, de quién tendrán que ser aceptados los regalos fúnebres y de quién no; llama a los amigos a los que quiera confiar alguna disposición secreta; decide quién tendrá que lavar su cadáver, quién lo vestirá y quién será el encargado de las oraciones. Finalmente -y esta es su decisión más importante- establece cuál de sus parientes se encargará de los ritos necesarios para que su alma pueda abandonar la tierra. El familiar al que le toque este deber recibirá algo más para sostener la carga de las ceremonias previstas; castigo de un eventual incumplimiento sería su exclusión de la herencia por parte de los demás parientes, ayudados por las autoridades municipales si es necesario.

Los Huaves de San Mateo del Mar, Oax. Italo Signorini. Instituto Nacional Indigenista, 1979, México, p. 47.