30 de noviembre de 2009

Alas Negras.

Toma ojo por ojo, diente por diente
tal cual decía en la Biblia.
Nunca dejes una pista,
nunca olvides una cara
de cualquier hombre en la mesa,
de cualquier hombre en la mesa.

29 de noviembre de 2009

Salmo 91 (vulgata 90) : "Qui degis in praesidio altissimi"

Seguridad de aquel a quien Dios cuida.

1. Tema del Salmo(v.1b-2):
Oh tú, que estás al abrigo del altísimo,
que a la sombra del Omnipotente moras,
di al Señor: "Amparo y ciudadela mía,
mi Dios, en quien confío".

II. Desarrollo del Tema (v. 3-8):
Porque él te librará del lazo de los cazadores,
de la peste funesta.
Te protegerá con su plumaje,
y bajo sus alas buscarás refugio:
escudo y adarga es su fidelidad.
No temerás ni al terror de la noche,
ni a la saeta que vuela de día,
ni a la peste que vaga en las tinieblas,
ni a la epidemia que destruye a medio día.
Caigan mil a tu lado, y diez mil a tu diestra;
a ti no se acercará.
Por lo demás mirarás con tus ojos,
y verás el castigo de los pecadores.

III. Confirmación del Tema (v. 9-13):
Porque el Señor es tu refugio,
has hecho del Altísimo tu asilo.
No se te acercará mal alguno,
ni ningún azote se llegará a tu tienda.
Porque ha ordenado a sus ángeles respecto de ti,
que te guarden en todos tus caminos.
Ellos te llevarán sobre sus manos,
para que no tropiece en la piedra tu pie.
Caminarás sobre el áspid y la víbora,
hollarás al león y al dragón.

Conclusión (v. 14-16):
Ya que se ha apegado a mí, yo le preservaré;
le protegeré, pues ha conocido mi nombre.
Me invocará y yo le escucharé;
con él estaré en la aflicción,
lo pondré en salvo y lo glorificaré.
Con largura de días lo saciaré,
y le mostraré mi salvación.

Libro de los Salmos, Versión directa del hebreo y comentarios de José González Brown, doctor en Sagrada Escritura, Cuarta edición, Editorial Porrúa, México, 1982.

28 de noviembre de 2009

Piedra de sol (fragmento).

                                        ¿y el grito
en la tarde del viernes?, y el silencio
que se cubre de signos, el silencio
que dice sin decir, ¿no dice nada?
¿no son nada los gritos de los hombres?
¿no pasa nada cuando pasa el tiempo?

-no pasa nada, sólo un parpadeo
del sol, un movimiento apenas, nada,
no hay redención, no vuelve atrás el tiempo,
los muertos están fijos en su muerte
y no pueden morirse de otra muerte,
intocables, clavados en su gesto,
desde su soledad, desde su muerte
sin remedio nos miran sin mirarnos,
su muerte ya es la estatua de su vida,
un siempre estar ya nada para siempre,
un rey fantasma rige sus latidos
y tu gesto final, tu dura máscara
labra sobre tu rostro cambiante:
el monumento somos de una vida
ajena y no vivida, apenas nuestra,

-¿la vida, cuándo fue de veras nuestra?
¿cuándo somos de veras lo que somos?,
bien mirado no somos, nunca somos
a solas sino vértigo y vacío,
muecas en el espejo, horror y vómito,
nunca la vida es nuestra, es de los otros,
la vida no es de nadie, todos somos
la vida -pan de sol para los otros,
los otros todos que nosotros somos-,
soy otro cuando soy, los actos míos
son más míos si son también de todos,
para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros,
la vida es otra, siempre allá, más lejos,
fuera de ti, de mí, siempre horizonte,
la vida que nos desvive y enajena,
que nos inventa un rostro y lo desgasta,
hambre de ser, oh muerte, pan de todos,


Octavio Paz, México, 1957.

Si quieres leer el poema completo o escucharlo en la voz de autor, da click aquí.

27 de noviembre de 2009

Salmo 23


Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.

El Nuevo Testamento de Nuestro Señor Jesucristo con Salmos. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Los Gedeones Internacionales. Edición de 1977, p. 230.

26 de noviembre de 2009

Mientras llueve.

"Toma el fólder del guión y lo abre, repasa los párrafos señalados por el director con un grueso lápiz rojo. Pero su mente gira alrededor de Monroe. Cierra el guión y se sirve otro trago. Antes de beberlo, disfruta la placidez del whisky que reposa en el fondo de la taza. La lluvia tras los cristales le produce la idea de que todo está en orden y nada urge en esta vida. Se siente a salvo, el mundo es un lugar limpio y bien iluminado.

En ese momento la vista se le nubla, una arcada de naúsea sube por su garganta. Siente una punzada, se lleva la mano al punto ardiente que le ha brotado y se extiende por el pecho; una piedra, de pronto, se aloja en su tórax; un dolor filoso, de hielo, le bloquea las piernas. Se va de bruces sobre el escritorio. Algo falla en el mundo porque se ha quedado sin aire, aprieta los dientes.

Un rayo se deshace tras los cristales".

Meneses, Alejandro. Tan lejos, tan cerca. Colección Íntimos, Ediciones de Educación y Cultura, 1a edición, 2005.