30 de noviembre de 2009

Alas Negras.

Toma ojo por ojo, diente por diente
tal cual decía en la Biblia.
Nunca dejes una pista,
nunca olvides una cara
de cualquier hombre en la mesa,
de cualquier hombre en la mesa.

Cuando la luna es un frío puñal de hueso
y puede obtener suficiente sangre de una piedra
Él, cabalga a través de tu sueño en un carruaje
y los caballos y los postes de las bardas
bajo la luz de la luna parecen huesos.

Bien, ellos han dejado de tratar de atraparlo
con mortero, piedra y cadena.
Él  ha escapado de cada prisión
montando con sus botas las escaleras
la puerta completamente abierta.

Él no está ahí porque se ha ido,
Él una vez mató a un hombre con la nota de una guitarra,
Él se sienta a la mesa como lo hacen los reyes.
Una vez salvó a un niño de ahogarse
y hay quienes dicen que debajo de su abrigo oculta alas.

Unos dicen que le temen,
otros dicen que lo admiran,
porque Él robó una promesa.

A una mirada suya todos rehúyen
aunque lo hayas conocido desde siempre,
aunque lo hayas conocido desde siempre,
Él puede convertirse en un extraño.

Ha roto muchas mientras se oculta
ahí a lo lejos en un campo de maíz,
una fiebre late en su cabeza
como un tambor dentro de otro tambor.

Unos le temen, otros lo admiran,
a una mirada suya todos rehúyen,
aunque lo conozcan,
aunque lo conozcan,
le dicen Alas Negras.

Hace varios años, existió una estación llamada Rock 101, la mejor en la historia de la radio en México. Uno de sus programas, Sonorock 9, presentaba la obra completa de diversos cantantes y grupos. En la serie dedicada a Tom Waits se presentó la traducción de Black Wings que se transcribe en esta entrada.

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