28 de diciembre de 2009

Meditación V. De la muerte 1/2.



Consideraciones.
1. Considera la incertidumbre del día de tu muerte. ¡O alma mia! tú has de salir un día de este cuerpo. ¿Cuándo será? será en invierno ó en verano? en la ciudad ó en la aldea? de dia o de noche? será de repente ó prevenido? será de enfermedad ó de accidente? tendrás tiempo para confesarte ó no? te asistirá tu confesor´y padre espiritual? ¡Ay de mí! que de todo esto no sabemos nada; solo es seguro que moriremos, y siempre mas presto de lo que pensamos.

2. Considera que entónces el mundo se acabará para ti, que se volverá lo de arriba abajo delante de tus ojos. Si, porque luego los placeres, las vanidades, los gustos mundanos, las aficiones vanas, las honras y las riquezas se no representarán como fantasmas y sombras vanas. ¡Ah miserable de mi! ¿Por qué juguetes y quimeras ofendí á mi Dios? Tú verás que dejamos á Dios por nada. Al contrario, la devoción y las buenas obras te parecerán entónces deseables y dulces. ¿Y por qué no he seguido este camino agradable y hermoso? Los pecados que parecian pequeños te parecerán entónces grandes como montañas, y pequeña tu devoción.

3. Considera las grandes y ansiosas despedidas que tu alma hará de este mundo: se despedirá de las riquezas, de las vanidades, de las compañías vanas, de los placeres, de los pasatiempos, de los amigos y vecinos, de los padres é hijos, del marido, de la mujer, y en fin de toda criatura, hasta de su mismo cuerpo, que dejará amarillo, espantoso, deshecho, feo y hediondo.

4. Considera la prisa que habrá por echar fuera este cuerpo, y esconderle en la tierra; y que hecho esto, el mundo no se acordará mas de tí, ni habrá mas memoria que la poca que tú tenias ántes de otros. Dios le tenga en paz, dirá alguno; y en esto se encierra todo. ¡O muerte, qué poco eres considerada, y qué mucho impetuosa.

5. Considera que al salir del cuerpo el alma toma su camino ó á la derecha ó á la izquierda. ¡Ay! ¿dónde irá la tuya ¿qué camino tendrá? No otro por cierto que aquel que hubiere merecido en este mundo.

Introducción a la Vida Devota escrita en francés por San Francisco de Sales traducida de órden del Em. y Exc. Señor Cardenal de Lorenzana, arzobispo de Toledo, por don Pedro de Silva, y aumentada con la Declaración del Cántico de los Cánticos y el Directorio de Religiosas, obras del mismo autor. París, Librería de Garnier Hermanos. Méjico, 1855, pp. 24-25.