23 de diciembre de 2009

Ejercicio para ayudar a bien morir. Oración 3/3.


Te encomendamos, Señor, el alma de tu siervo, y te rogamos ¡oh Jesucristo Nuestro Señor y Salvador del mundo!, que no dejes de poner en el seno de tus patriarcas á este alma, por la cual bajaste misericordiosamente á la tierra: conoce, Señor, tu criatura, no formada por dioses ajenos, sino por ti, Dios solo, vivo y verdadero, porque no hay otro Dios fuera de ti.

Alegra, Señor, este alma con tu presencia, y no te acuerdes de sus antiguas iniquidades y desórdenes, los que le suscitaron el furor y el fervor de los malos deseos. A la verdad, aunque haya pecado, con todo eso no ha negado al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, sino lo ha creído, y tuvo en sí el celo de Dios, y ha adorado fielmente al Dios que ha creado todas las cosas.

Te rogamos, Señor, que no te acuerdes de los delitos de su juventud ni de sus ignorancias, sino, según tu gran misericordia, acuérdate en tu gloria de tu grande amor.

Abransele los cielos. Alégrense los ángeles. Recibe, Señor, en tu reino á tu siervo. Recíbale San Miguel, arcángel de Dios, que mereció tener el principado de la milicia celeste.

Sálganle al encuentro los santos ángeles de Dios y lo lleven a la ciudad de Jerusalén. Recíbale San Pedro apóstol, á quien fueron entregadas por Dios las llaves del reino de los cielos.

Ayúdele San Pablo apóstol, que fué digno de ser vaso de elección. Interceda por él San Juan apóstol, escogido de Dios, á quien fueron revelados los secretos celestiales. Rueguen por él todos los santos apóstoles, á quienes fué dada por el Señor la potestad de ligar y de absolver.

Intercedan por él todos los santos y escogidos de Dios que sufrieron tormentos en este mundo por el nombre de Jesucristo, para que, en estando separado de los vínculos de la carne, merezca llegar á la gloria del reino celestial. Por Nuestro Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en los siglos de los siglos. Amén.

Lavalle Nacional para uso del católico mexicano compuesto por el presbítero D. Julián G. Villalain. 25o edición. Herrero Hnos, 1945, pp. 426-429.