1 de agosto de 2010

La muerte 3/3.

En cambio, todos los demás difuntos pertenecen a Dios. Pero para que suban al cielo con Él, es necesario que se lleve a cabo un ciclo de ceremonias a lo largo de un año: a los nueve días, a los cuarenta, a los seis meses y cuando se cumple el año. Consisten en oraciones recitadas durante horas por los parientes con la ayuda del neec tiiid nandeow, y terminan con una comida. Las oraciones son muy importantes -especialmente las de los nueve días, cuando el muerto va y viene, hesitando en alejarse del lugar en donde ha vivido hasta ese momento- porque permiten al alma del difunto aprenderlas bien de memoria. Saber estas oraciones es esencial para superar el examen a que será sometida por San Pedro.

El ciclo se concluye al año si existen posibilidades económicas y voluntad por parte del que fue encargado; si no, se postergará, agrupando a veces en una sola ceremonia las correspondientes a varios difuntos. La conclusión se llama ahtep nicec "sube la ofrenda". Se articula en tres días, según el mismo ritual que se sigue para las fiestas de mayordomía.

Los Huaves de San Mateo del Mar, Oax. Italo Signorini. Instituto Nacional Indigenista, 1979, México, p. 48.