28 de septiembre de 2011

Psicosis. Robert Bloch (2/2).


Pero sí sabemos en qué paró todo ello. Norman envenenó a su madre y a Considine con estricnina, que les sirvió con el café, en el cual, al parecer, había mezclado previamente algún licor para disfrazar el sabor del veneno.
-¡Qué horror! -murmuró Lila.
-Sí, debió de serlo -asintió Sam-. Según me han dicho, el envenenamiento por estricnina produce convulsiones, pero no la pérdida del conocimiento. Las víctimas suelen morir por asfixia, cuando se agarrotan los músculos del tórax. Norman debió de contemplarlo y seguramente fue demasiado incluso para él.

Psicosis, Robert Bloch, Biblioteca del Terror, Ediciones Forum, no. 1, España, p. 68.