5 de abril de 2010

Auxilio a los llamados muertos.


En el mundo a que han pasado los que se han libertado del cuerpo físico, un pensamiento amante es tan palpable a los sentidos como aquí pueden serlo las palabras amantes o los tiernos cuidados. Así, pues, todos los que marchan deben ser seguidos por pensamientos de paz y de amor, por deseos de que pasen pronto a través de los valles de la muerte hacia las brillantes regiones superiores. Muchos son los que permanecen en el estado intermedio más tiempo del que de otro modo estarían, porque tienen el mal Karma de no poseer amigos que sepan cómo ayudarles desde el lado de acá de la muerte. Y si la gente en la tierra supiese ¡cuánto consuelo y dicha experimentan los viajeros que marchan hacia los mundos celestes, por medio de estos verdaderos mensajeros angélicos, o sean esos pensamientos de amor y de fortaleza; si supiesen la potencia que tienen para reanimar y consolar, ninguno quedaría abandonado por los que quedan atrás. Los queridos "muertos" tienen, seguramente, derecho a nuestro amor y cuidado, y aun aparte de esto, cuán grande es el consuelo para el corazón, que carece de la presencia que iluminaba su vida, de poder seguir sirviendo al ser amado, y rodeado en su marcha de los ángeles guardianes del pensamiento!

Los ocultistas que fundaron las grandes religiones no descuidaron estos servicios, debidos por lo que queden en la tierra a los que parten de ella. Los indios tienen su Shraddha, por medio del cual ayudan en su camino las almas que ha pasado al mundo próximo, apresurando su paso al Svarga. Las iglesias cristianas tienen misas y oraciones para los "muertos": Concédele, Señor, la paz eterna, y permite que la luz perpetua brille sobre él", ruega el cristiano por su amigo del otro mundo.

El poder del pensamiento. Annie Besant. Editorial Guajardo, primera edición, 1980, pp 88, 89.